El Caso Vegas Pérez

 
 

Caracas, viernes 2 de marzo de 1973


El primer fin de semana de marzo los periódicos reseñaron la terrible noticia del secuestro y asesinato de un niño. La tarde anterior periodistas de todos los medios estuvieron presentes en la conferencia ofrecida por la directiva de la Policía Técnica Judicial. Reproducimos a continuación parte de la nota ofrecida por el diario El Nacional a sus lectores: “Honda conmoción causó en la familia Vegas Pérez, así como en la colectividad venezolana el anuncio de que el cadáver hallado cerca de la autopista Coche-Las Tejerías es del niño secuestrado el pasado 22 de febrero en la urbanización Santa Marta.

Los esposos Vegas Pérez, sus otros hijos y demás familiares no creían las noticias que recibían sobre la horrible tragedia. A la quinta Algarrobo comenzaron a llegar numerosas personas amigas para manifestar sus condolencias. Varios miembros de la familia viajaron ayer mismo a la ciudad de Los Teques a fin de reconocer en la morgue del hospital policlínico el cadáver del pequeño Carlos Vicente.
El lugar donde estaba el cuerpo del menor de 13 años fue exhaustivamente pesquisado por los detectives de la PTJ. Se informó que en el mismo barranco hallaron entre hojas secas cierta cantidad de marihuana envuelta en papel de periódico, lo que hace presumir a los investigadores que entre el grupo de secuestradores había individuos adictos a las drogas”.

Juan Martín Echeverría, director de la policía científica, no estuvo presente en la rueda de prensa del día anterior, pues desde el primer momento asumió la dirección de las investigaciones.

En la autopsia que practicaron los doctores Armando Domínguez y Jack Castro se determinó que el muchacho había muerto el mismo día del secuestro asfixiado con monóxido de carbono; el cuerpo no presentaba heridas ni por armas de fuego ni cortantes y se descubrió la presencia en el organismo de un tranquilizante, seguramente usado por los secuestradores para sedar al niño; lo peculiar era que los componentes de aquel sedante habían sido sacados del mercado varios años atrás.

Estos nuevos elementos reforzaron la hipótesis que ya tenían los investigadores: Aquel crimen había sido cometido por gente inexperta, probablemente jóvenes que necesitaban una cantidad precisa de dinero para pagar alguna deuda de drogas.


Caracas, domingo 1 de abril de 1973 – Juego trancado


Al llegar abril no se tenía nada en claro, las informaciones eran vagas; lo único que se sabía era que estaban involucrados los hijos de algunas familias pudientes. Algunos apellidos de alcurnia se filtraban a la calle y esto no hacía más que aumentar la molestia de la gente que se preguntaba si aquel crimen también quedaría impune. Este día se publicó en un diario de circulación nacional la declaración de un alto funcionario de la PTJ que pidió no ser identificado, según el declarante “Algo grave entorpecía las investigaciones”. Ese algo tenía que ver con los apellidos notables que salieron a relucir en las pesquisas, para la policía el juego se había trancado. No resultaba nada fácil tener que lidiar con los padres indignados de los “niños bien” del este.


Caracas, lunes 16 de abril de 1973 – Apellidos


A estas alturas era difícil ocultar lo que en las calles era vox populi. Las autoridades comenzaron a dar los primeros datos de las personas que hasta los momentos habían sido detenidas e interrogadas: José Luis “Caramelo” Branger, Diego Baptista Zuloaga, Javier Paredes, Gonzalo “Fafa” Capecci, el hermano de la víctima Federico Vegas Pérezy un muchacho que usaba muletas pues le habían amputado una pierna, este joven se llamaba Omar Cano y lo conocían como “El Chino”. Era él el que llevaba la mayor parte de la acusación ya que la PTJ había encontrado indicios que lo inculpaban como autor material del homicidio.

A “Caramelo” Branger lo detuvieron por presunto encubrimiento. La detención se basó en unas declaraciones dadas por él al periodista Samuel Robinsón de la revista Bohemia. En la entrevista habría dicho que los secuestradores eran tres; al ser detenido e interrogado negó haberlo dicho, pero con la comparecencia del periodista quien afirmó que si le había declarado aquello, el joven quedó detenido.
En los días siguientes seguían saliendo nombres, otros presuntos implicados eran: Diego Molinari, Nicomedes Zuloaga, Julio Morales, Alfredo Luis Parilli Pietri (pariente de la primera dama Alicia Pietri de Caldera) y la joven Orietta Cabrices. La información que aportó esta chica involucraba de manera directa a Parilli Pietri y fue clave para esclarecer el caso.

Caracas, viernes 11 de mayo de 1973 – Los autos de detención


Este día fue de intenso movimiento en los tribunales, una multitud de periodistas y curiosos se arremolinó en las afueras para presenciar la comparecencia de los implicados. Era tal el movimiento, que se encomendó a la brigada anti motines de la Policía Metropolitana que acordonara el sector.

El juez instructor, doctor José Francisco Cumare Nava dictó auto de detención a Omar José Cano Lugo (a) “El Chino” como presunto autor material y de Alfredo Luis Parilli Pietri, como presunto autor intelectual. Igualmente prohibió la salida del país de la ciudadana Orietta Cabrices. Ese mismo día el juez interrogó a dos importantes testigos: María Alejandra Delfino La Cruz y Alexia Josefina Felizola, la primera de ellas oyó decir al chino Cano que había inyectado al niño Vegas Pérez y que cuando vio que este había muerto decidió abandonar el cadáver en un barranco.

Mientras tanto los detectives descubrieron por medio de un informante, un joven que se dedicaba al menudeo de cocaína en las urbanizaciones del este, que efectivamente había una deuda por drogas y que el monto ascendía a 150.000 bolívares. Con todos estos datos se pudiera pensar que los culpables del monstruoso crimen pagarían su culpa pero ocurrió un hecho que permitió a los abogados defensores preparar una salida para sus clientes.
 
Luego de conocida la medida del juez, un grupo de reporteros abordó al comisario Fermín Mármol León, hombre clave en las investigaciones, para requerir su opinión en torno a la decisión. Mármol León declaró que compartía las decisiones y en particular la que afectaba al “Chino” Cano. De inmediato los padres de los detenidos interpusieron una demanda al comisario por violación del secreto sumarial. El comisario fue citado por el juez ordenándole presentarse al termino de la distancia o de lo contrario sería arrestado por desacato. Luego de recriminarle duramente, el juez ordenó que no se pesquisara nada sin su expreso conocimiento y consentimiento. El equipo de detectives liderado por Mármol León terminó marginado de las investigaciones.

Luego de esto, el proceso entró en un letargo de 8 meses, el país se metió de lleno en las elecciones presidenciales y no sería sino hasta el año nuevo que se sabría algo.

El martes 8 de enero de 1974, la corte superior segunda en lo penal del Distrito Federal y Estado Miranda revocó los autos de detención a los 7 indiciados por el secuestro y muerte de Carlos Vicente Vegas por detectar “fallas sustanciales en la instrucción y sustanciación del proceso”. Solo se confirmaron dos autos de detención por tenencia y trafico de estupefacientes, esta medida afectaba a Omar “Chino” Cano Lugo y a Gonzalo “Fafa” Capecci. El resto de los detenidos quedaba en libertad, entre ellos Alfredo Luis Parilli Pietri quien había sido señalado como el autor intelectual. 

Comentarios